Las elecciones generales del 26 de junio han permitido incrementar el número de escaños a los partidos más conservadores. Dado que las fuerzas políticas no parecen estar dispuestas a afrontar una tercera vuelta electoral, todo parece apuntar a la constitución de un gabinete presidido por Rajoy. Puede ser un espectáculo curioso contemplar cuál será el mecanismo para investir un gobierno del PP en minoría ¿Mantendrá el PSOE su promesa expreasada en la fórmula "A día de hoy" de votar NO en las siguientes rondas a Rajoy o a otro candidato del PP o, por el contrario, será una versión actualizada del viejo "OTAN, de entrada NO"? ¿Abandonarán el hemiciclo los diputados nacionalistas como preludio de su desconexión con el Estado Español? ¿Habrá bajas por indisposición el día de la investidura o asistiremos a otro Tamayazo?)



La idea de soportar otra legislatura gobernados por una asociación de maleantes y depositarios de las esencias del franquismo, no es muy prometedora. El PP ha protagonizado algunas de las peores agresiones sociales, a la vez que recortaba drásticamente las libertades y llenaba de presos políticos las cárceles del Reino.

Lo cual no quiere decir que la otra alternativa, protagonizada por las distintas facciones social-liberales y social-patriotas fuera a representar una mejora sustancial. Poca gente imagina a Sánchez o a Iglesias plantando cara a la Troika, revirtiendo recortes, nacionalizando sectores estratégicos o concediendo una amnistía a las víctimas de la oleada represiva del PP.

Cabe preguntarse cómo ha logrado Rajoy revalidar su mayoría, cuando en su primer año de gobierno rugía en las calles el grito de Mariano, no llegas al verano coreado por cientos de miles de gargantas. Un primer elemento puede radicar en ese factor: poco antes de alcanzar la presidencia Mariano Rajoy, el 15 M había focalizado los problemas no en el sistema capitalista, sino en la existencia de coches oficiales y la dotación de Ipads a los parlamentarios. Tras sucederse dos huelgas generales en 2012, las principales centrales sindicales desaparecieron de la escena. Las Marchas de la Dignidad, en marzo de 2014, fueron el último gran coletazo de la movilización popular. Y, sorprendentemente, la legislatura finalizó en medio de una situación de paz social casi inédita desde la Transición. Si se deja de impugnar el sistema desde los centros de trabajo y los barrios, si se acepta que no hay alternativas al capitalismo y a los intereses del Estado, no cabe duda que el PP es más coherente con esos planteamientos. Son los que más ponen por que se incremente el beneficio empresarial, para que se creen nuevas oportunidades de negocio, para que el Estado sea inflexible...

Un segmento muy importante de electores sigue depositando un voto en clave bipartidista. Pueden repelerles la corrupción y las traiciones al programa, pero los sectores derechistas terminan movilizándose cuando se les llama a resistir a la amenaza bolivariana, al igual que, en tiempos de Felipe González, la base social del PSOE respondía a la amenaza de la derechona. Esta tendencia ha permitido al PP recuperar voto fugado a Ciudadanos, y al PSOE resistirse a su pasokización.

Mucho más curioso es lo que ha ocurrido en el terreno de las fuerzas emergentes, partidos atrapalotodo que han renunciado al voto ideológico y que aparecen como los grandes perdedores. Se especula qué consecuencias pudo tener la negociación para la formación de gobierno posterior a la convocatoria de diciembre de 2015. Puede que no tanta como se cree. El posibilismo de un proceso negociador acarrea que lo que se pierde por un sitio termina ganándose por otro. Las urnas penalizaron a Ciudadanos, que se esforzó por llegar a acuerdos con el PSOE (parte de sus electores castigaron su traición ideológica), y también a Unidos Podemos, que se caracterizaron por su prepotencia y por jugar al órdago. Estos partidos representan la progresiva americanización de la política, banalizando los contenidos, primando la representación y el espectáculo. En el caso de la coalición Unidos Podemos, al margen del resentimiento de una parte significativa del electorado de Izquierda Unida por la entrega incondicional de su referente a Iglesias (Garzón ha hecho con su organización algo muy parecido a lo que los liberales hacen con los servicios públicos: degradarlos, desprestigiarlos y regalárselos a sus amigos), ha pesado en extremo el transformismo de sus dirigentes, un día socialdemócratas, otro transversales, al siguiente radicales, al final flirteando con la extrema derecha… Lo que produce más dudas al electorado es no saber qué se está votando. Máxime cuando los Ayuntamientos del cambio están caracterizando su gestión por una total ausencia de línea política y un funcionamiento a base de ocurrencias y carmenadas.

En cualquier caso, cualquiera que sean los resultados -la opción de terceras eleccciones es la menos porbable por el grado deslegitimación que introduciría sobre el sistema de partidos actual- en cuanto a la formación que encabece finalmente el gobierno, a la clase trabajadora le espera más de lo mismo: más austeridad, más recortes, más represión,...toda vez que el capital europeo ys sus instituciones de la UE han marcado la continuidad de la senda antisocial. Sólo la autooorganización de nuestra clase al margen de cualquier opción reformista o de la derecha clásica, y la recuperación de la movilización pueden dar la respuesta necesaria frente a los ataques del capital y de sus representantes políticos tradicionales o emergentes.

Según el barómetro del CIS de julio de 2014, un 3,1 % de la población encuestada se definía a sí misma como comunista (1). Su discurso resulta potencialmente muy peligroso para el sistema, puesto que puede calar entre las clases explotadas, crecer exponencialmente y volver a poner en jaque al capitalismo. ¿Dónde se encuentran, actualmente, esos sectores? Es difícil precisarlo. Seguramente, un sector que se autodefine como comunista se ha tapado la nariz y ha terminado votando a Unidos Podemos. Curiosamente, son ahora señalados por los podemitas como los grandes responsables de su debacle electoral. Un segmento reducido ha votado al PCPE que, sin embargo, desciende sobre los resultados electorales del 20 de Diciembre de 2015 (con aumentos en Madrid y Asturias, contrapuestos a caídas en Cataluña, Valencia, Aragón y Galicia). Por último, hay un sector importante que se ha dirigido a la abstención.

Curiosamente, una vez computado todo el voto exterior y por correo, la abstención se ha reducido en casi dos décimas desde diciembre de 2015. El voto nulo apenas se incrementa en y el voto en blanco permanece en idénticos porcentajes (2). Ese voto de rechazo tiene componentes muy variopintos, desde el posicionamiento ideológico de sectores comunistas y ácratas hasta un escepticismo absoluto, la ausencia de alternativas o la desidia. Es aventurado considerar que esta bolsa de potenciales electores constituya, de forma unívoca, una amenaza contra el sistema. La democracia norteamericana ha convivido con tasas de abstención inéditas en el Viejo Mundo sin que eso supusiera expresión clara de descontento. Por otra parte, la amargura del que se vayan todos es suceptible de ser canalizada tanto por corrientes revolucionarias como por sectores reaccionarios o -como ya ha sucedido- por populismos interclasistas tipo 15M.

El resultado de todo ello es la ausencia casi absoluta de escaños ocupados por miembros de la clase obrera, en un Parlamento sin presencia de grupos que asuman a los trabajadores como sujeto de su representación y que se definan como anticapitalista. Es de prever que se acentúe el abismo entre los problemas de las clases populares y las instituciones que no les representan.

No obstante, creemos que ese sector comunista o claramente de izquierda, aunque no se defina con un término concreto, indica la existencia de una masa crítica, pequeña pero necesaria, que resiste a las distintas versiones del voto útil reformista y que necesita ser organizado para volver a recuperar el nervio de las luchas de la clase trabajadora.



1.- http://www.cis.es/cis/export/sites/default/-Archivos/Marginales/3020_3039/3033/es3033mar.pdf

2.- http://resultados2016.infoelecciones.es/99CO/DCO99999TO.htm?lang=es